Muffins de Chocolate

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[av_heading tag='h3' padding='0' heading='Muffins de Chocolate' color='' style='blockquote classic-quote' custom_font='' size='' subheading_active='subheading_below' subheading_size='15' custom_class='']
por Miriam García
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Los muffins de chocolate son esas magdalenotas de chocolate que nos trajeron hace ya años los establecimientos de comida rápida de origen norteamericano… y que nosotros hemos adoptado sin grandes resistencias.

Porque ¿qué puede parecernos mal en un minibizcocho o magdalena gigante de chocolate y con pepitas de chocolate? Como dice una amiga mía, nunca he conocido un chocolate que no me cayese bien.

Y si a eso añadimos que son bastante fáciles de hacer porque no requieren montar claras de huevo ni zarandajas parecidas que provocan pavor en los poco iniciados, y que podemos usar la rica leche Priégola en su elaboración, pues lo tenemos todo para que nos hagan la ola en casa. Que sí, que esto nos gusta a todos.
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[av_heading tag='h3' padding='10' heading='Ingredientes' color='' style='' custom_font='' size='' subheading_active='' subheading_size='15' custom_class=''][/av_heading]

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  • 290 g de harina corriente
  • 2 cdtas. de levadura química
  • 50 g de mantequilla fría
  • 85 g de azúcar
  • 15 g de cacao en polvo
  • Un pellizco de sal
  • 150 g de pepitas de chocolate
  • 2 huevos medianos
  • 225 ml de leche entera Priégola
  • 1 cdta. de extracto de vainilla

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Elaboración de muffins de chocolate con leche Priégola
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[av_heading tag='h3' padding='10' heading='Elaboración' color='' style='' custom_font='' size='' subheading_active='' subheading_size='15' custom_class=''][/av_heading]

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  1. Pesamos y tamizamos la harina junto con la levadura y el cacao en polvo. Los ponemos en un bol y agregamos la mantequilla fría cortada en dados. Con las puntas de los dedos, frotamos la mantequilla con la harina hasta obtener una mezcla arenosa. Si tenemos un robot de cocina, podemos hacer esto mismo pulsando varias veces la velocidad máxima, hasta que la mantequilla se mezcle con la harina.
  2. Agregamos las pepitas de chocolate y mezclamos. Reservamos.
  3. En otro bol, cascamos los huevos y agregamos la leche, el azúcar, la sal y el extracto de vainilla. Batimos ligeramente.
  4. A continuación, agregamos la mezcla sólida a los líquidos y mezclamos hasta homogeneizar.
  5. Preparamos dos bandejas de moldes de muffins y colocamos una cápsula para muffin o magdalena en cada hueco. Llenamos las cápsulas con la masa cruda hasta unos ¾ de la altura del molde.
  6. Metemos los moldes en el horno previamente calentado a 205°, con calor arriba y abajo, en un nivel bajo del horno.
  7. Cocemos los muffins hasta que hayan subido y empiecen a dorarse por arriba, unos 15-20 minutos. Cuando estén bien cocidos los sacamos del horno y los dejamos enfriar sobre una rejilla.

¡Y a disfrutar!
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Receta de Quesada Pasiega

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[av_heading tag='h3' padding='0' heading='Receta de Quesada Pasiega' color='' style='blockquote classic-quote' custom_font='' size='' subheading_active='subheading_below' subheading_size='15' custom_class='']
por Miriam García
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La quesada pasiega es un arcano porque no parece existir una receta muy fiable. Se diría que los nativos del valle del Pas no han tenido una voluntad de transmitir la receta de otra manera que no fuera de padres a hijos. De modo que para preparar mi quesada he seguido una de las fórmulas que da mi amiga Mª Ángeles aquí. Según cuenta, las recetas genuinas llevan queso pasiego fresco, o directamente leche que se cuaja para tal menester, parcialmente escurrida del suero. Normal, por algo se llama quesada este dulce, caramba.
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Aquí vamos a ser un poco menos genuinos, pues no es fácil encontrar queso pasiego fresco en la comunidad de Madrid, pero un poco más prácticos pues usaremos queso tipo Burgos para hacer esta quesada. Que así tampoco queda nada mal, oiga usted.
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  • 1 kg de queso pasiego fresco (o queso tipo Burgos)
  • 100 g de mantequilla derretida
  • 350 g de azúcar
  • 100 g de leche entera Priégola
  • 4 huevos
  • 125 g de harina
  • un buen pellizco de canela
  • mantequilla y harina adicionales para el molde.

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[av_heading tag='h3' padding='10' heading='Elaboración' color='' style='' custom_font='' size='' subheading_active='' subheading_size='15' custom_class=''][/av_heading]

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  1. Una vez que tenemos los ingredientes adecuados la elaboración de la quesada no tiene absolutamente ningún misterio. En una batidora ponemos el queso con los huevos y la leche, y batimos enérgicamente hasta que el queso esté bien deshecho.
  2. Agregamos el resto de los ingredientes: la mantequilla, el azúcar, la harina y la canela al gusto. Batimos de nuevo hasta homogeneizar.
  3. Engrasamos un molde grande, redondo o rectangular, con mantequilla y lo espolvoreamos con harina.
  4. Vertemos la mezcla preparada, golpeamos un poco el molde sobre la encimera para que se alise la superficie y lo metemos en el horno caliente a 200°. Cocemos la quesada 30-40 minutos, hasta que esté dorada, se haya inflado y al pinchar el centro con una brocheta salga limpia, señal de que está perfectamente cuajada.
  5. Sacamos el molde y dejamos enfriar la quesada sin desmoldar hasta que esté fría del todo. Ya veréis cómo se desinfla del todo, después de inflarse como un globo en el horno; a esto debe ese curioso reborde exterior más alto que suele tener.

A disfrutar, que se acaba enseguida.
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Receta de Crepes Suzette

Receta de crepes Suzette

por Miriam García


Las crepes son una cosa riquísima que gusta a casi todo el mundo y si además van bañadas en una suculenta salsa de naranja y mantequilla, miel sobre hojuelas. Además las crepes Suzette son un postre que no es difícil de hacer y se puede tener parcialmente preparado con antelación, incluida la salsa. Perfecto para una buena celebración.

Las crepes Suzette son unas sencillas crepes clásicas con una salsa de mantequilla y naranja. Hay versiones en que se usa lo que se llama beurre Suzette, una mantequilla pomada mezclada con azúcar y con el zumo y la ralladura de naranja, con la que se rellenan los crepes y luego se flambean con un licor de naranja, tradicionalmente Triple Sec. Aquí hemos preparado una versión sui generis, con las crepes sencillamente bañadas en una salsa con esos mismos ingredientes.

En esta receta de crepes Suzette he usado leche semidesnatada sin lactosa porque es la que yo suelo consumir, pues tengo intolerancia a la lactosa. El líquido para la receta de las crepes puede ser desde leche entera a incluso leche desnatada; el resultado será ligeramente distinto, la leche entera engorda la mezcla para las crepes, pero las crepes salen igualmente deliciosas.

Ingredientes

Para las crepes:

  • 500 ml de leche semidesnatada
  • 3 huevos medianos
  • 1 cdta. de sal
  • 40 g de mantequilla derretida
  • 260-270 g de harina de repostería (depende de la capacidad de absorción de la harina)
  • algo de mantequilla para cuajar las crepes.

Para la salsa Suzette:

  • El zumo de dos naranjas
  • la ralladura de una naranja
  • 3 cdas. de azúcar
  • 50 g de mantequilla
  • 1 cda. de Triple Sec o Cointreau.

Elaboración

  1. Empezamos por preparar las crepes. Mezclamos todos los ingredientes y los batimos hasta que no queden grumos. Conviene dejar reposar la mezcla por lo menos media hora antes de utilizarla para que la harina se hidrate bien la masa quede fina.
  2. Calentamos una sartén grande y antiadherente a fuego medio-alto. La untamos con un poco de mantequilla y, cuándo la sartén empiece a humear, vertemos un buen cucharón de masa. Inclinaremos la sartén para que la masa cubra todo el fondo y cuajaremos la crepe un par de minutos por el primer lado y un minuto por el segundo lado. Vamos poniendo las crepes en una fuente y tapándolas con un paño.
  3. Cuando tengamos listas todas las crepes preparamos la salsa. Rallamos la piel de una de las naranjas y exprimimos ambas naranjas. Mezclamos el zumo y la ralladura, y le añadimos el licor. Reservamos.
  4. Ponemos en una sartén pequeña el azúcar con una cucharadita de agua y calentamos a fuego vivo hasta que caramelice. Cuando esté caramelizado agregamos el zumo con la ralladura, con cuidado porque saltará al estar muy caliente el caramelo. Este se disolverá en el zumo.
  5. Agregamos la mantequilla a la salsa y la reducimos 2-3 minutos. Mientras tanto doblamos las crepes en dos tal como se ve en la foto y las colocamos en una fuente o en la misma sartén donde las hemos cuajado. Las regamos con la salsa caliente y las servimos de inmediato.

¡Buen provecho!


Hacer leche merengada nunca fue tan fácil como con este video

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Os mostramos un video realizado por Miriam García de El Invitado de Invierno (Recetas Fotogénicas) sobre como preparar "Leche Merengada" en casa... ¡y con leche Priégola!. La receta no puede ser más facil a través de esta "video-receta" ya que explica cada paso con imagenes y además algún que otro truco. Esperamos que os animéis a hacerla en casa.
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[av_video src='https://youtu.be/lUWyWb4QBmM' format='16-9' width='16' height='9']
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Como ya os explicamos en una anterior publicación...

En la web Qué hacer en Madrid nos cuentan lo siguiente sobre la leche merengada: «El más típico de los helados de Madrid, la sencillez de su preparación y su precio popular, hacen de la leche merengada una de las bebidas más demandadas en las calurosas noches de los madriles. […] El nombre de leche merengada se debe a que entre sus ingredientes se encuentra la clara de huevo, base fundamental de todo merengue que se precie. Tanta ha sido y es su fama, que a finales de los años cuarenta una famosísima canción decía aquello de la vaca que daba leche merengada…».

Según otras fuentes la leche merengada ya era muy popular en los cafés de Madrid a finales del siglo XVIII, y se menciona en la novela de Galdós Fortunata y Jacinta. Así que por eso la incluí en el curso de dulces madrileños que programaba La cocina de Babette en tiempos. La leche merengada la podemos tomar como bebida o como helado, a mí particularmente me encanta helada…

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Receta para los Torrijeros de Semana Santa

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[av_heading heading='Receta de Torrijas de Leche' tag='h3' style='blockquote classic-quote' size='' subheading_active='subheading_below' subheading_size='15' padding='10' color='' custom_font='']
por Miriam García
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Escribía yo hace poco que para mí las torrijas por antonomasia son de leche; ni de vino ni de almíbar ni de nada que se le parezca. Es la tiranía de la infancia, lo que has mamado de pequeño queda grabado a fuego en tu cerebro y tus costumbres como una verdad universal. Y si no sales de tu pueblo ni ves un poquito de mundo, te crees de verdad que esto es así y que las torrijas de leche se comen igualitas que las que hacía tu madre hasta en Gambia.

Pero basta de filosofar y vamos a entrar en materia: una buena torrija solo precisa de un buen pan sentado, duro al menos del día anterior, no es imprescindible que el pan sea especial para torrijas; de una leche de calidad y de una mano que las prepare con cariño. ¿Tenéis de todo esto? Entonces estáis preparados para ser maestros torrijeros. O torrijistas.

Ingredientes

  • 1 barra de pan del día anterior
  • 1 litro de leche
  • 1 palo de canela
  • peladura de naranja o limón (facultativo)
  • 75 g de azúcar
  • 1 palo de canela
  • 2-3 huevos grandes
  • aceite de oliva suave o de girasol
  • azúcar y canela molida adicionales para espolvorear.

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Elaboración

  1. Cortamos el pan en rebanadas en oblicuo, como un salchichón y como es tradicional. Cuanto más seco está el pan más leche absorbe y más cremoso queda el interior de las torrijas (aunque más difíciles son de manejar); yo suelo cortar las rebanadas del pan la noche anterior, así me aseguro de que al día siguiente están más secas que la mojama.
  2. Ponemos la leche en un cazo con el palo de canela, el azúcar y las peladuras de cítricos, si las usamos, y la llevamos a ebullición. En cuanto hierva apagamos el fuego y la dejamos reposar un par de minutos para que coja los aromas de la canela.
  3. Mientras infusiona la leche colocamos las rebanadas de pan en una fuente que pueda contener la leche, en una sola capa para que se empapen bien. Vertemos la leche caliente sobre ellas, como unos ¾ de litro. Al principio parecerá que hay mucha leche, pero el pan absorbe leche como un condenado y acaba desapareciendo de la fuente. Si al cabo de cinco minutos veis que ya no hay leche en el fondo, echaremos toda la que queda en el cazo. Dejamos reposar las rebanadas en la leche media hora.
  4. Calentamos el aceite en una sartén amplia a fuego medio-alto. Podemos poner una peladura de naranja en el aceite: cuando chisporrotee está listo. Bañamos cada torrija en huevo batido en un plato, manejándola con mucho cuidado con una espátula, y la pasamos al aceite caliente. Freímos las torrijas hasta que estén doradas por ambas caras, dos o tres minutos por cada cara debería ser suficiente si el aceite está a la temperatura adecuada.
  5. Si el aceite de nos ensucia en exceso por los residuos lácteos lo colaremos a mitad de fritura. Vamos sacando las torrijas a una fuente con papel de cocina para que absorba algo del aceite y las espolvoreamos de inmediato con azúcar y canela molida. Y a disfrutar.

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Helado de Miel "Sin Azúcar"

Os hacemos llegar una receta que nos ha gustado mucho. Pertenece al blog "El invitado de Invierno" creado por la profesora de cocina y fotógrafa Miriam García.

Reproducimos exactamente su publicación, tal y como su autora la publicó. Es una receta sencilla y ella misma utiliza leche y nata Priégola para elaborarlo. Esperamos que os guste.

Helado de miel sin azúcar | el invitado de invierno

Helado-miel_1

 

Este año me ha dado por probar recetas de helados, aunque tampoco es que sea especialmente aficionada. Además, en mi casa todo lo que se salga del helado-de-vainilla-de-toda-la-vida como que no… Pero, con lo que a mí me gusta enredar, ¿y lo que estoy aprendiendo? Todo sea por la cultura y la sabiduría culinarias. Y estooooo… que no sé por qué, me estoy enganchando a la miel, ingrediente que nunca me había atraído demasiado. Será la edad, qué sé yo. O la crisis. O la crisis de la edad. Ahora la miel me gusta en casi todo, hasta en las tartas saladas. Pues bien, este helado de miel sin nada de azúcar corriente inspirado en la receta de Sophistimom me ha parecido impresionantemente bueno, con un sabor a miel que no avasalla, cremosísimo y finísimo. La bomba (the bomb). A lo que contribuye sin duda el uso de una nata fresca magnífica, de la cercana granja Priégola. Una nata excelente junto con un buen proceso de mantecado producen un helado que parece casi profesional. Aunque me esté mal el decirlo. Pues lo digo, a mí ya todo me da igual.

Helado-miel_3

 

Receta Helado de miel

. Cocinado. Total
Helado de miel, sin azúcar
Autor: Miriam García
Tipo de receta: Postre
Raciones: 8

 

Ingredientes

  • 500 ml de nata líquida de buena calidad
  • 250 ml de leche entera
  • 160 ml de miel
  • 3 yemas de huevos medianos

Instrucciones

  1. Se calienta la nata con la leche y la miel hasta que casi hierva.
  2. Se separan las yemas y se ponen en un cuenco (las claras las congeláis, que congelan estupendamente y las usáis para otro menester). Se baten y, cuando esté caliente la mezcla de los líquidos, se echa poco a poco sin parar de batir sobre las yemas para que no se cuajen.
  3. Todo el conjunto mezclado se vuelve a poner a fuego muy bajo o al baño María, removiendo sin parar hasta que espese (y sin dejar que hierva, pues se cortaría). Tened en cuenta que queda como unas natillas claritas, no demasiado espeso.
  4. Se deja enfriar por completo y se mete en el frigorífico toda una noche para que madure la mezcla.
  5. Al día siguiente se mete en una heladera o en el congelador. Si no tenéis heladera ya sabéis que tendréis que ir sacándolo cada media hora para batirlo, hasta que esté bien cremoso.

Notas

Con Thermomix: se ponen en el vaso las yemas, la miel y la leche, y se cocinan 10 minutos a 90 ºC y velocidad 4. Se añade la nata fría y se mezcla todo 6 segundos a velocidad 3. Después se deja enfriar y se procede igual que por el método tradicional.

 

Este helado encantará a todos los amantes de la miel y también a los que prefiráis usarla como endulzante más natural que el azúcar. Además, la miel, por su alto contenido en glucosa y fructosa, y bajo contenido de sacarosa, mejora las propiedades de cristalización del helado respecto a un helado elaborado con azúcar común. Y ya sabéis, si queréis que pruebe a hacer algún helado por vosotros además de este helado de miel, no tenéis más que decírmelo. Que yo me sacrifico.
Miriam