Crema de Lában Priégola con Menta y Pepino

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Ingredientes (Para 6 personas):

  • 1 litro de laban (yogur árabe para beber)
  • 2 pepinos medianos y tiernos
  • 2 diente de ajo pelados
  • 15 hojas de menta fresca
  • 1 cucharadita de sal gorda
  • 1 dl. de aceite de oliva
  • un poco de sal

Elaboración de Crema de Lában Priégola con menta y pepino

Majar en un mortero los ajos con la menta y la sal gruesa, hasta que quede como un pasta: Pelar los pepinos, cortar en daditos o en juliana y poner en un bol junto con el laban.

Añadir seguidamente el majado de ajos y menta y mezclar bien. Sin dejar de remover con varillas, incorporar poco a poco el aceite de oliva. Una vez bien incorporado poner a punto de sal. Dejar en la nevera hasta el momento de servir, ya que se toma bien frío.

Decorar si se desea cada bol en donde se sirva con una hojita de menta y un hilillo de aceite de oliva.

Esta receta se puede comer directamente con cuchara o bien como salsa para tomar con pan de pita. Esta segunda opción es muy parecida a la salsa griega "tzatziki".

 

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Leche Fermentada Lában

[av_one_full first]Desde tiempos que se remontan a antes del nacimiento de  Cristo, el yogur ya era consumido en las tierras orientales pero al llegar dicho producto al Líbano, se le hicieron ciertas modificaciones  y entonces pasaría a conocerse con el nombre de ‘Laban’.
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Dicho alimento nació como respuesta a las necesidades de una sociedad eminentemente pastoril que no tenía forma de conservar la leche si ésta no se hallaba fermentada. De esta manera, modificaron inteligentemente su procesado de forma que fuese posible su conservación a temperatura ambiente.

El Labán es simplemente leche sometida a un proceso de fermentación mediante alta pasteurización. La fermentación origina una disminución en la lactosa, haciendo la leche más digerible, a la vez que conserva todas sus propiedades nutricionales. Recientes estudios microbiológicos de las cepas fermentadoras en el Laban tradicional libanés,  muestran más de noventa cepas diferentes de bacterias lácticas, siendo  en su mayoría Lactobacillus delbrueckii subspespecie bulgaricus y en segundo lugar Streptococcus thermophilus, por lo que los investigadores concluyen que el Laban es leche fermentada con valores nutricionales similares al yogur (aunque con sus características específicas) y textura similar al yogur líquido.

Los beneficios incluyen una mayor digestibilidad que la leche no fermentada por su disminución en lactosa (podría ser apto para ciertas personas con intolerancias leves a la lactosa como alternativa a las leches sin lactosa)  y el beneficio añadido de la regulación de la flora intestinal propia de cada individuo, modulándola hacia un incremento de las cepas beneficiosas en detrimento de las patógenas, a la vez que se mejoraría el tránsito intestinal, combatiendo el estreñimiento (en este sentido aumentaría la tolerancia de los lácteos en personas con dicho problema).

La importancia en los hábitos de la cultura árabe es tan marcada en su consumo, que cerca del 70% de su producción láctea se destina precisamente a la elaboración del Laban en las sociedades de Oriente Medio. Sobre todo se usa profusamente en la cocina libanesa y siria pero su predominio se ha extendido a todas aquellas naciones de influencia árabe y, por consiguiente, a todos los países a los que han emigrado estos pueblos, dando la opción a otras culturas, de conocer sus estupendas y saludables propiedades digestivas y nutricionales.[/av_one_full]