Pastel mejicano de tres leches

Pastel mejicano de tres leches

por Miriam García

Este pastel de tres leches típico en Méjico debe su curioso nombre a que se prepara literalmente con tres leches distintas:

Leche entera

Leche condensada

Leche evaporada

Estas tres leches se usan para empapar o emborrachar un sencillo bizcocho genovés. El conjunto se remata con nata montada y algo de fruta fresca, si nos apetece, y listo. Otro ejemplo de elaboración sencilla que triunfa por la acertada combinación de sabores y texturas. Huy, qué cursi me he puesto.

Vamos allá:

Ingredientes para el bizcocho

  • 300 g de huevos a temperatura ambiente
  • 150 g de azúcar
  • 150 g de harina normal
  • 10 g de levadura o impulsor químico

Ingredientes para las tres leches

  • 200 ml de leche condensada
  • 200 ml de leche evaporada
  • 100 ml de leche entera Priégola
  • 1 cdta. de extracto o de pasta de vainilla

Ingredientes para el acabado

  • 200 g de nata líquida Priégola
  • 3 cdas. de azúcar glas
  • Canela en polvo

Elaboración

  1. En primer lugar preparamos el bizcocho genovés. Montamos los huevos con el azúcar hasta que la mezcla aumente de volumen y blanquee; tardan por lo menos 10 minutos.
  2. Tamizamos la harina con la levadura encima de los huevos montados y mezclamos con una espátula y movimientos suaves y envolventes.
  3. Vertemos la mezcla en un molde cuadrado o rectangular no desmontable (el bizcocho lo empaparemos luego, así que el molde debe ser hermético), bien engrasado y enharinado, o forrado con papel de hornear.
  4. Cocemos el bizcocho 25-30 minutos en el horno a 180°.
  5. Sacamos del horno y dejamos enfriar sin desmoldar, ojo.
  6. Mezclamos las tres leches con la vainilla, batiendo. Cuando el bizcocho esté frío, templamos la mezcla y lo empapamos con ella, como si fuera una torrija.
  7. Para adornar, montamos la nata hasta que esté bastante firme y le añadimos el azúcar glas sin dejar de batir.
  8. Distribuimos la nata por encima del pastel en una capa lisa o haciendo dibujos con una manga pastelera, como más nos guste. Adornamos con algo de canela.
  9. Conservamos en el frigorífico, pues lleva leche fresca.


Receta de una buena "Leche Frita"

Receta de una buena "Leche Frita"

por Miriam García

Pocas cosas más ricas se pueden hacer con la leche que una buena leche frita. El origen de la leche frita es bastante incierto, aunque es fácil encontrarla en los recetarios antiguos del norte de la península: Castilla-León, Galicia y Santander, por poner algún ejemplo. Y como es habitual con los platos tradicionales, no pocos afirman con certeza absoluta que la que hace su madre o su abuela es la mejor del mundo. Un clásico.

La leche frita es una pasta sólida que se prepara con leche, harina y azúcar, aromatizada normalmente con canela, que se corta en porciones, se reboza y se fríe. A mí me recuerda sin duda a la elaboración de las croquetas, con las que tiene muchos puntos en común. El resultado es un bocado tan cremoso que casi parece de crema pastelera.

Como todos los postres tradicionales, tiene multitud de variantes, entre otros factores, unas fórmulas llevan yema de huevo para ayudar a cuajar la pasta y otras no, más valientes. En la presente receta sigo la fórmula sin yemas del maestro Martín Berasategui. Menudo postín, ¿no?

Ingredientes

  • 1 litro de leche entera Priégola
  • 200 g de azúcar
  • 1 palo de canela
  • 50 g de harina corriente
  • 50 g de Maizena
  • aceite de oliva suave
  • 2 huevos
  • harina adicional para el rebozado
  • azúcar y canela molida adicionales para espolvorear.

Elaboración

  1. Tomamos un cuarto del litro de leche y desleímos las harinas en él. Reservamos.
  2. Ponemos el resto de la leche con el azúcar y el palo de canela a hervir. Lo hervimos a fuego muy bajo un par de minutos, tapamos y dejamos infusionar un rato para que la canela aromatice bien la leche.
  3. Retiramos el palo de canela y agregamos al cazo la papilla de harinas. Llevamos de nuevo al fuego y cocemos por lo menos 10 minutos, sin parar de remover con cuchara de madera porque tiende a pegarse en el fondo. La mezcla debe quedar bastante espesa, para que una vez fría se pueda cortar cómodamente. No debe llegar a despegarse de las paredes del cazo, como ocurre con una masa para croquetas, pero casi, casi.
  4. Cuando esté lista la crema la retiramos del fuego y la vertemos en alguna fuente llana y lisa, con paredes más o menos rectas, que habremos untado previamente con un poco de aceite para poder despegar bien la crema. Dejamos enfriar por completo con un plástico por encima, para que no se reseque.
  5. Una vez que la crema esté fría la cortamos en cuadrados no muy grandes. Los rebozamos primero en harina y luego en huevo batido. Los freímos a fuego medio en una sartén pequeña o un cazo, con abundante aceite suave, que los cubra por lo menos hasta la mitad. Freímos los cuadrados de leche frita por ambas caras y los pasamos a una fuente con papel de cocina, para que absorba algo de la grasa.
  6. Servimos la leche frita con azúcar y canela molida para espolvorearla. Está muy rica recién hecha, pero aguanta bien y se puede tomar fría perfectamente. En cualquier caso, siempre es posible darle un golpecillo de horno si queremos tomarla templada.


Queso fresco casero con leche entera Priégola

Queso fresco casero con leche entera Priégola

por Miriam García

El queso fresco es mucho más fácil de hacer de lo que puedas pensar si nunca te has puesto a ello.

Porque el queso no es más que leche cortada, la coagulación de la leche provocada de una manera determinada, lo que produce una masa sólida que se separa del suero, compuesta sobre todo por proteínas (caseína) y grasa.

Esta masa coagulada la escurrimos en una estameña para eliminar todo el suero que sea posible y ya tenemos el queso. Y existen dos formas de coagular la leche: añadiendo un ácido como el zumo de limón o añadiendo cuajo animal o vegetal.

Si queremos que el queso madure mínimamente le añadimos también algo de yogur, pues las bacterias del yogur producen otras transformaciones que contribuyen a dar sabor.

Y ¿qué es la maduración? Nos dice el señor Harold McGee:

La maduración es la fase en la que los microbios y las enzimas de la leche transforman la cuajada salada en un delicioso queso. […] Por lo menos durante 200 años ha significado también llevar el queso hasta el punto en que su sabor y textura son mejores. Los quesos tienen vida: empiezan siendo jóvenes y blandos, maduran hasta la plenitud de carácter y, con el tiempo, decaen hacia la aspereza y la dureza.

En esta receta no hacemos queso madurado en realidad, pero el saber no ocupa lugar y ayuda a distinguir la diferencia entre un queso fresco como el que vamos a hacer, que consumiremos en unos pocos días, y un queso madurado.

Vamos con la receta.

Ingredientes

  • 2 litros de leche entera Priégola
  • 1 yogurt natural sin endulzar
  • El zumo de 1 limón
  • 1 cda. de sal

Elaboración

  1. Exprimimos el zumo del limón y reservamos.
  2. Ponemos en un cazo o similar toda la leche y la calentamos suavemente hasta alcanzar más o menos 40°. Entonces le añadimos el yogur y la sal.
  3. Removemos para integrarlos y agregamos el zumo de limón. Volvemos a homogeneizar y tapamos. Envolvemos el cazo con un paño y lo dejamos sobre la encimera para intentar mantener el calor por lo menos durante una o dos horas para que se produzca la coagulación correctamente.
  4. Al cabo de ese tiempo comprobamos que la leche esté coagulada y más o menos separada. Si no es así, la dejaremos un poco más.
  5. Ponemos una tela o estameña sobre un colador y un bol grande para recoger el suero y volcamos el contenido del cazo.
  6. Cuando esté a temperatura ambiente, tapamos con un plástico, metemos todo el conjunto en la nevera y lo dejamos toda una noche que suelte todo su suero.
  7. Obtendremos un queso un poco cremoso. Si lo queremos más seco, para poderlo cortar, le tendríamos que poner un poco de peso para quitarle aún más suero.
  8. Al día siguiente pasamos el queso a un recipiente y lo metemos en la nevera para conservarlo durante 3 o 4 días. Lo podemos usar como cualquier queso fresco, con un poco de azúcar con fruta fresca, por ejemplo, o sobre una buena rebanada de pan.


"Pots de Crème" de Chocolate

Receta de "Pots de Crème" de Chocolate

por Miriam García


Los “pots de crème” son una receta típica francesa, de la familia de las cremas cuajadas, que se hacen en el horno, como la “crème brulée” y la crema catalana. Es decir, que consisten en una mezcla de leche, huevos, azúcar y aromas en diversas proporciones. Hay recetas que llevan también nata, lo que no las hace precisamente más ligeritas… ejem.

Estos potecitos de crema son fáciles de hacer, porque haciéndolos en el horno a calor suave no se nos van a cortar, así que debéis probarlos en las frescas tardes de otoño que se nos avecinan. Qué buen plan, ¿no? La receta está inspirada en una del blog Aromas y Sabores.

Ingredientes

  • 200 g de leche fresca entera Priégola
  • 80 g de chocolate negro (70% cacao)
  • 160 g de nata fresca Priégola para montar (mín. 35% grasa)
  • 3 yemas de huevo mediano
  • 30 g de azúcar blanquilla
  • 1 pellizco de sal
  • 1 vaina de vainilla o 1 cdta. de extracto de vainilla.

Elaboración

  1. Ponemos a calentar el horno a 160° (sin aire).
  2. Troceamos el chocolate y lo derretimos en el microondas, poco a poco y cuidando de no pasarse con la temperatura. Reservamos.
  3. Ponemos la leche en un cazo, agregamos el extracto de vainilla o las semillas de la vaina y llevamos a ebullición. Retiramos del fuego.
  4. Agregamos el chocolate derretido y mezclamos bien con unas varillas. Añadimos la nata y homogeneizamos.
  5. En otro bol batimos un poco las yemas con el azúcar y sal, hasta que el azúcar se haya disuelto. Añadimos la mezcla de chocolate, batiendo bien con unas varillas.
  6. Colamos la crema y la vertemos en pequeños potes, como los de cristal del yogur, por ejemplo.
  7. Colocamos los potes en un molde en el que no sobre mucho espacio. Calentamos agua hasta que hierva. Metemos el molde en el horno con los potes y añadimos el agua de forma que cubra por lo menos hasta la mitad de los potes. Cerramos el horno de inmediato.
  8. Cocemos la crema 30 minutos al baño maría hasta que la crema esté cuajada; no debe quedar firme del todo, sino cremosa. Sacamos los potes y los dejamos enfriar. Conservaremos los “pots de crème” en el frigorífico.


Galletas de Jengibre o Gingerbread

Galletas de Jengibre o  Gingerbread

por Miriam García


Las galletas de jengibre o gingerbread, como estos simpáticos hombrecillos, son en Navidad una tradición de origen centroeuropeo y nórdico, que ahora identificamos más con los Estados Unidos, pero que ellos adoptaron de los emigrantes europeos.

La característica principal de esta masa de galletas es que va fuertemente aromatizada con jengibre seco en polvo, canela y nuez moscada, fundamentalmente, aparte de endulzada con miel o melazas de diversos grados. El resultado es un aroma fantástico en casa cuando las estamos preparando.

Ingredientes

Masa de las galletas

  • 425 g de harina corriente
  • 1 cda. de jengibre molido
  • 2 cdtas. de canela
  • ¼ cdta. de clavo molido
  • ¼ cdta. de nuez moscada
  • ¾ cdta. de levadura química
  • ½ cdta. de sal
  • 165 g de azúcar moreno
  • 1 yema
  • 170 g de melaza de caña o miel
  • 145 g de mantequilla
  • 1-2 cdas. de leche entera
  • 2 cdtas. de extracto de vainilla
  • 1 cdta. de sal

Glasa real para adornar

  • 1 clara de huevo
  • 1 pellizco de sal
  • 125-130 g de azúcar glas

Elaboración

  1. Ponemos el horno a calentar a 180 °C.
  2. En un bol mezclamos la harina con las especias molidas, la levadura química y la sal. Reservamos.
  3. En el bol de un robot ponemos la mantequilla ablandada con el azúcar y batimos a velocidad alta hasta que esponje y blanquee.
  4. Añadimos la yema de huevo, la melaza o miel y una cucharada de leche. Mezclamos bien.
  5. Agregamos los sólidos y homogeneizamos. Si estuviera muy seca la masa, agregaremos la otra cucharada de leche.
  6. Dividimos la masa en dos partes, guardamos una en plástico y estiramos la otra entre dos láminas de papel de hornear o plástico, hasta un grosor de unos 5 mm.
  7. Metemos la plancha de masa en el congelador unos 10-20 minutos para que se ponga bien firme y cortamos las galletas con un cortador al gusto.
  8. Las pasamos a una bandeja de horno forrada de papel y las cocemos unos 10-13 minutos. Las pasamos a una rejilla para enfriar sobre el mismo papel, pues en caliente son frágiles, y procedemos de idéntica manera con la segunda porción de la masa.
  9. Cuando estén frías las galletas podemos adornarlas con la glasa. Para prepararla montamos la clara con el pellizco de sal hasta que empiece a estar espumosa.
  10. Vamos añadiendo poco a poco el azúcar glas y batimos a velocidad alta hasta tener una mezcla blanca y espesa, que haga picos blandos.
  11. Pasamos la glasa a una bolsita de congelación con cierre y le cortamos un pico muy pequeño de una de las esquinas.
  12. Hacemos los adornos de las galletas a nuestro gusto y dejamos secar.


Calidad M Producto Certificado

Priégola obtiene el distintivo de calidad "M Producto Certificado"

Productos de calidad diferenciada

Durante el año 2014, la Comunidad de Madrid, se embarca en uno de los proyectos más ambiciosos en el ámbito de la promoción y el reconocimiento de la calidad de los productos agroalimentarios de la región: la creación de la Marca de garantía M PRODUCTO CERTIFICADO.

En el año 2015, con el objetivo de seguir garantizando la máxima calidad Priégola obtuvo la Marca de garantía M PRODUCTO CERTIFICADO, que otorga la Comunidad de Madrid, para sus productos

  • Leche Fresca Entera
  • Leche Fresca Semidesnatada
  • Leche Fresca Semidesnatada Sin Lactosa
  • Leche Fresca Desnatada

La Comunidad de Madrid, a través de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio se embarca, durante el año 2014, en uno de los proyectos más ambiciosos en el ámbito de la promoción y el reconocimiento de la calidad de los productos agroalimentarios de la región: la creación de la Marca de garantía M PRODUCTO CERTIFICADO.

M PRODUCTO CERTIFICADO, es el distintivo que garantiza la calidad diferenciada de los productos agroalimentarios producidos, elaborados y/o transformados en la Comunidad de Madrid, sumándose así a iniciativas similares iniciadas, con gran éxito, en otras Comunidades Autónomas, para diferenciar sus productos, como Tierra de Sabor en Castilla y León o Alimentos del Paraíso Natural de Asturias.

La creación de la Marca de garantía M PRODUCTO CERTIFICADO pretende:

  • Facilitar a los consumidores la identificación de forma clara en el mercado, aquellos productos agroalimentarios elaborados y/o producidos en la Comunidad de Madrid que ofrecen una calidad diferenciada.
  • Garantizar a los consumidores que el producto es de calidad y respetuoso con el medioambiente. 
  • Dar prestigio a los productos adheridos a la Marca, proporcionándoles un valor añadido, al vincular su imagen con un valor de calidad, seguridad y confianza.
  • Fomentar el desarrollo económico sostenible dinamizar el medio rural de la región.

Además, se ha creado una web, www.mproductocertificado.es, para potenciar el conocimiento de la marca entre los consumidores y en los mercados, y fomentar al mismo tiempo los productos “kilómetro cero” madrileños.


Receta de Filloas Gallegas

Receta de Filloas Gallegas

por Miriam García

Las filloas son unas tortitas finas, primas hermanas de las crêpes francesas, y emparentadas igualmente con los frixuelos asturianos. Aunque a diferencia de las crêpes francesas, las filloas se suelen consumir solas, espolvoreadas de azúcar o bañadas en miel, o con un somero relleno de cremas o mermeladas, mientras que las primas francesas son siempre la base de un plato más contundente.

Aunque quizá lleguemos un poco tarde este año, las filloas se elaboran en Galicia principalmente en Carnaval o Entroido, como se dice por aquellas tierras. Llevan poquísimos ingredientes, las auténticas solamente leche, huevos, harina y una pizca de sal, por lo que el arte de las filloas no reside en su composición, sino en la gracia para darles un tostado uniforme y prepararlas tan finas como se pueda.

Os aseguro que este menester requiere una sartén adecuada y mucha práctica, pero sea, estamos dispuestos a practicar lo que haga falta. ¿O no?

Ingredientes

  • 500 g de leche semidesnatada (se pueden hacer con leche sin lactosa)
  • 280-300 g de harina corriente
  • 2 huevos medianos
  • 1 pizco de sal
  • un poco de mantequilla para la sartén

Elaboración

  1. Juntamos todos los ingredientes y los batimos hasta que no se aprecien grumos de la harina. Dejamos reposar la mezcla por lo menos una hora; así la harina se hidrata y la mezcla queda más agradable y algo más espesa.
  2. Ponemos a calentar la sartén a fuego medio. Removemos la mezcla de las filloas, porque con el reposo se habrá posado algo en el fondo.
  3. Cuando la sartén esté caliente la engrasamos con un poco de mantequilla (aunque lo más tradicional es hacerlo pasando un trozo de tocino pinchado en un tenedor) y vertemos un cucharón de masa. De inmediato movemos la sartén con un movimiento circular para repartir la masa por todo el fondo y que lo cubra bien. Cocemos la filloa 1-2 minutos por la primera cara, levantamos un borde con cuidado y le damos la vuelta; a la segunda cara le bastan unos segundos.
  4. Dicen que la primera filloa siempre se tira porque se estropea; pues depende de lo torpe que seas. Es cierto que esta primera tortita debe servirnos para ajustar bien el fuego y la consistencia de la mezcla. Si la filloa nos sale demasiado gorda y basta, diluiremos ligeramente la mezcla. Si por el contrario la masa está demasiado clara y se nos rompe al manejarla en la sartén, significa que debemos añadir algo más de harina y batir. Todo tiene remedio.
  5. Procedemos de igual manera hasta acabar la masa. Vamos poniendo las filloas hechas apiladas en un plato, cubiertas con un paño para que no se enfríen.
  6. Cuando todas las filloas estén listas, las rellenamos como más nos guste, con mermeladas o crema pastelera, por ejemplo, o sencillamente las espolvoreamos con algo de azúcar y canela. Y las devoramos sin piedad.


Hacer leche merengada nunca fue tan fácil como con este video

[av_heading tag='h3' padding='10' heading='Hacer Leche Merengada nunca fue tan fácil' color='' style='' custom_font='' size='' subheading_active='' subheading_size='15' custom_class=''][/av_heading]

[av_textblock size='' font_color='' color='']
Os mostramos un video realizado por Miriam García de El Invitado de Invierno (Recetas Fotogénicas) sobre como preparar "Leche Merengada" en casa... ¡y con leche Priégola!. La receta no puede ser más facil a través de esta "video-receta" ya que explica cada paso con imagenes y además algún que otro truco. Esperamos que os animéis a hacerla en casa.
[/av_textblock]

[av_one_full first]
[av_video src='https://youtu.be/lUWyWb4QBmM' format='16-9' width='16' height='9']
[/av_one_full]

[av_textblock size='' font_color='' color='']
Como ya os explicamos en una anterior publicación...

En la web Qué hacer en Madrid nos cuentan lo siguiente sobre la leche merengada: «El más típico de los helados de Madrid, la sencillez de su preparación y su precio popular, hacen de la leche merengada una de las bebidas más demandadas en las calurosas noches de los madriles. […] El nombre de leche merengada se debe a que entre sus ingredientes se encuentra la clara de huevo, base fundamental de todo merengue que se precie. Tanta ha sido y es su fama, que a finales de los años cuarenta una famosísima canción decía aquello de la vaca que daba leche merengada…».

Según otras fuentes la leche merengada ya era muy popular en los cafés de Madrid a finales del siglo XVIII, y se menciona en la novela de Galdós Fortunata y Jacinta. Así que por eso la incluí en el curso de dulces madrileños que programaba La cocina de Babette en tiempos. La leche merengada la podemos tomar como bebida o como helado, a mí particularmente me encanta helada…

[/av_textblock]


Priégola...¡La Leche.... que es la Leche!

Si fabricar un producto de calidad produce satisfacción, más gratificante es el reconocimiento de ello, por parte de nuestros clientes.

Queremos compartir con vosotros algún testimonio de felicitación de nuestros clientes que nos han hecho llegar via Email.

Felicitacion-Cliente

Felicitacion-Cliente2


Los beneficios de la leche fresca

Los beneficios de la leche fresca

Excelente fuente de proteínas, vitaminas y minerales esenciales para mantener la salud cada día.

  • Calcio – para construir y mantener huesos y dientes fuertes, es vital en el funcionamiento del sistema nervioso, contracción muscular, y coagulación de la sangre; además de, ayudar a propiciar la pérdida  de peso y grasa corporal.
  • Fósforo – que junto al calcio ayuda a mantener los huesos fuertes y saludables.
  • Potasio – necesario para mantener la presión sanguínea, la contracción y relajación de los músculos, y regula el balance de los fluidos del cuerpo.
  • Proteína – es vital para varias funciones del cuerpo, el desarrollo y diferenciación de las células, el mantenimiento de los músculos, cabello y uñas saludables, entre otras.
  • Rivoflavina y niacina – para hidratar la piel.  Ambas ayudan a las células del cuerpo en la producción de energía y tienen un rol importante en el desarrollo del sistema nervioso.
  • Vitamina A – ayuda a regular el sistema inmunológico, y a mantener la visión y la piel saludables.
  • Vitamina B12 – para mantener la salud de los glóbulos rojos, así como promover el crecimiento y desarrollo de todas las células del cuerpo.
  • Vitamina D – promueve la absorción del calcio y el desarrollo saludable de los huesos y dientes