Croquetas de queso al estilo belga, Kaasfondue

Croquetas de queso al estilo belga, Kaasfondue

por Miriam García


Una vez más os traemos una receta salada que se elabora con leche. Las croquetas de queso al estilo belga, kaasfondue o fondue de fromage (según estemos en zona flamenca o no) son muy populares en Bélgica y también en Holanda. Son un bocado favorito de los niños y de los adultos, igual que ocurre aquí con nuestras croquetas.

La gastronomía belga no es muy conocida fuera de este país, pero es excelente, a caballo entre la gastronomía francesa y la alemana, pero con platos y productos propios de excelente calidad.  Estas ricas croquetas son parecidísimas a las nuestras, pero siempre llevan queso en la masa. Quedan suaves y muy cremosas.

Ingredientes

  • 40 g de aceite de oliva
  • 50 g de mantequilla
  • 180 g de harina corriente
  • 800 g de leche entera Priégola
  • 1 yema de huevo
  • 1 pellizco de nuez moscada
  • Sal al gusto
  • 120 g de queso suave (gruyere o manchego tierno)
  • 2 huevos para rebozar
  • Pan rallado
  • Aceite de oliva virgen para freír

Elaboración

  1. En una sartén amplia ponemos el aceite y la mantequilla. Calentamos hasta que la mantequilla burbujee y añadimos la harina. Removemos bien con cuchara de madera para que la harina se impregne de la grasa y para que se tueste y no sepa a crudo.
  2. Añadimos 200 ml de leche y  removemos bien con la cuchara de madera, hasta que forme una masa uniforme. Vamos añadiendo más leche poco a poco, removiendo vigorosamente cada vez y deshaciendo los grumos que se formen con la cuchara.
  3. Agregamos el pellizco de nuez moscada y algo de sal, y procedemos como antes hasta haber incorporado toda la leche. Debemos obtener una pasta densa y homogénea.
  4. Hay que ser cuidadosos con la sal, porque el queso también sala. Agregamos el queso mientras la masa aún está caliente y mezclamos. Por último, añadimos la yema de huevo y homogeneizamos. Probamos la sazón y rectificamos si hiciera falta.
  5. Vertemos la masa en una fuente amplia, previamente aceitada, de modo que nos quede una capa de un dedo y medio de grosor aproximado, para luego cortar cuadradillos como si fuera leche frita. Tapamos bien con plástico y dejamos enfriar. Después metemos la masa en la nevera toda una noche.
  6. Al día siguiente, cortamos la masa en cuadrados o en rectángulos, como hice yo, y rebozamos sucesivamente en pan rallado, en huevo batido, y otra vez en pan rallado. Freímos en abundante aceite de oliva caliente y las pasamos a una fuente con papel de cocina para empapar algo de la grasa. Devoramos bien calentitas.


Receta de "Croquetas caseras de Atún"

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Estamos en la celebérrima cuesta de enero por lo que es una buena época para recetas de aprovechamiento como unas buenas croquetas, que hay tantas casas ya en las que da pereza hacerlas que de ser una solución humilde para no tirar nada en la cocina casi se están convirtiendo en un artículo de lujo. Así está el tema.

Como seguro que uno de vuestros propósitos de año nuevo será comer mejor y más casero, qué mejor que hacer unas buenas croquetas caseras de atún con buenos ingredientes para darnos un homenaje. No, no hace falta hacerlas todos los días, que al cabo de un mes no cabríamos por la puerta, pero de vez en cuando da mucho gustito. Además, es una receta que se presta mucho a hacerla en equipo, en un tren de producción: uno forma, otro reboza, otro baña en huevo, etc. No digáis que no os doy ideas para fomentar la armonía familiar.

Ingredientes

  • 2 cdas. de mantequilla
  • 2 cdas. de aceite de oliva
  • 120 g de harina corriente
  • 1 litro de leche fresca Priégola entera
  • 200 g de atún en conserva de aceite
  • nuez moscada y sal al gusto
  • 4 huevos
  • pan rallado para rebozar
  • aceite de oliva abundante para freír.

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Elaboración

  1. Ponemos una sartén antiadherente al fuego y agregamos el aceite de oliva y la mantequilla. Cuando burbujee la mantequilla agregamos la harina y removemos para que se impregne toda de la grasa. La tostamos unos minutos, sin parar de remover.
  2. Cuando esté tostada la harina empezamos a añadir la leche, poco a poco al principio, y removiendo con cuchara de madera para que se vaya integrando con la masa de harina. Al principio hay que emplearse a fondo para ir deshaciendo los grumos.
  3. Vamos añadiendo la leche en tandas y deshaciendo bien los grumos antes de añadir la siguiente tanda. Debemos conseguir una crema fina, pero si no conseguís dejarla fina del todo no os preocupéis: cuando hayáis acabado la leche metéis una batidora de mano y punto.
  4. Agregamos entonces el atún, que habremos escurrido del aceite y desmenuzado previamente. Removemos para integrar bien. A partir de aquí no se trata más que de cocer la mezcla para ir concentrándola hasta tener una pasta que empiece a separarse de las paredes de la sartén al removerla; esa es la señal de que tiene la consistencia necesaria. En esto se tarda un buen rato, por lo menos 20 minutos.
  5. Una vez conseguida la consistencia deseada sazonamos con sal y nuez moscada a nuestro gusto. Vertemos la masa en una fuente, la cubrimos con un plástico o con mantequilla derretida para que no se forme piel y la dejamos enfriar por completo, mejor de un día para otro.
  6. Cuando la pasta esté dura formamos las croquetas, bien modelándolas entre dos cucharas, bien con una manga pastelera de boquilla ancha con la que se forma un churro gordo del que vamos cortando las croquetas (podéis ver un paso a paso en mi blog, El Invitado de Invierno). Las vamos rebozando primero en pan rallado, luego en huevo batido y por último en pan rallado una segunda vez.
  7. A mí me gusta dejar las croquetas así formadas secándose sobre una rejilla de las que se usan para enfriar los bizcochos; el rebozo se reseca un poco y ayuda a que no se revienten en la fritura.
  8. Calentamos el aceite de oliva en una sartén pequeña y honda. El aceite debe cubrir las croquetas. Cuando el aceite esté caliente, pero sin llegar a humear, vamos friéndolas en tandas de pocas unidades, cuatro como mucho, para que no se enfríe el aceite en exceso. Las sacamos cuando están doradas a un plato con papel absorbente. Buen provecho.

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