Tarta de queso en tarro de cristal

Tarta de queso en tarro de cristal

por Miriam García

Esta tarta de queso en vasitos se puede preparar igualmente en forma de una sola tarta, en un molde grande, pero en vasitos queda remonísima y muy cómoda de tomar, en raciones individuales.

Esta tarta de queso no puede ser más fácil, pues poco más hay que hacer que juntar todos los ingredientes y cocerlos, pero tiene la particularidad de que usa queso mascarpone (aquí tenéis cómo hacerlo en casa a partir de leche fresca), lo que le da un sabor estupendo.

La tarta de queso nos saldrá fetén usando leche y nata Priégola. Para coronar las tartitas podemos usar mermeladas y compotas al gusto, o sencillamente frutas frescas.

Ingredientes para unos 8 tarros

  • 450 g de queso mascarpone
  • ½ cdta. de extracto de vainilla
  • 4 huevos
  • 3 cdas. de harina
  • 240 ml de leche entera
  • 240 ml de nata líquida
  • 95 g de azúcar

Elaboración

  1. Calentamos el horno a 170°; ponemos dentro una fuente con agua para cocer los tarros al baño maría.
  2. Ponemos en un bol el queso mascarpone, el extracto de vainilla, los huevos, la harina y la leche, y mezclamos perfectamente con una batidora.
  3. Montamos la nata con una batidora y cuando empiece a estar dura agregamos el azúcar a cucharadas. Batimos hasta que haga picos.
  4. Agregamos la nata montada azucarada a los demás ingredientes y mezclamos con una espátula, con delicadeza y movimientos envolventes.
  5. Distribuimos la mezcla entre tantos tarros como queramos (los vasos de yogur de cristal sirven perfectamente), sin que suba del 75 % de la altura pues crece en la cocción, tapamos cada vasito con un pedazo de film de aluminio y los ponemos en la fuente con el agua. Añadimos más agua si fuera necesario, hasta por lo menos la mitad de la altura del contenido.
  6. Cocemos las tartitas por lo menos 40 minutos. Probaremos que están cuajadas sacando uno de los vasitos y pinchando con una brocheta.
  7. Sacamos y dejamos enfriar por completo, tapadas. Después las metemos en la nevera unas horas, pues se asientan y quedan mejor.
  8. Decoramos la superficie al gusto; aquí he usado una mermelada que he calentado con una cucharada de agua y triturado un poco para hacerla más fina. Se conservan muy bien tapadas y refrigeradas hasta 3-4 días.


Receta de fondue de queso suiza

Receta de fondue de queso suiza

por Miriam García


La fondue de queso es de esos platos que gustan a casi todo el mundo y que siempre apetecen cuando hace frío. Además de invitar a que nos sentemos alrededor de esa marmita burbujeante y a que nos pongamos de buen humor, es muy fácil de hacer en casa desde cero. Que sí, ya veréis. Olvidarse de las fondues de bolsa.

Aunque hoy día se conozcan otro tipo de fondues, el plato original se elabora con queso y dicen que tiene su origen en las zonas montañosas del Jura y de los Alpes suizos.

¿En qué consiste una buena fondue de queso suiza? Pues en un magnífico queso suizo convenientemente derretido con un poco de alcohol y algo de almidón para que no se nos separe la parte grasa del queso de la parte proteica. Vamos con ello.

Ingredientes para 6 personas

  • 1 diente de ajo
  • 600 g de queso Gruyère (o 300 g de Gruyère y 300 g de Emmental)
  • 3 cdas. de harina corriente (o Maizena)
  • 380 ml de vino blanco
  • 1 buen chorretón de kirsch
  • 1 hogaza de pan

Elaboración

  1. Rallamos el queso o quesos y lo ponemos en un cuenco grande. Agregamos la harina y removemos para que se impregne todo el queso.
  2. Pelamos el diente de ajo y frotamos el interior del cazo para la fondue. Desechamos el ajo.
  3. Vertemos el vino blanco y el kirsch, y calentamos hasta que hiervan.
  4. Bajamos el fuego y vamos añadiendo puñados de queso rallado, esperando a que se funda el queso antes de añadir el siguiente. Removemos con una cuchara de madera.
  5. Cuando hayamos añadido todo el queso y esté bien fundido y borboteando, llevamos el cazo a la mesa, donde tendremos preparado el mechero ya encendido con alcohol de quemar.
  6. Colocamos el cazo sobre el mechero y nos sentamos a la mesa a mojar pan sin parar. Buen provecho.

Un último consejito, aunque no sea la usanza suiza tradicional: usad un vino semidulce o muy afrutado para la fondue, el resultado es magnífico. Ah, y preparaos la fondue en un fresco día de invierno mientras oís el viento soplar en el exterior…


Ensalada con mousse de queso de cabra

Ensalada con mousse de queso de cabra

por Miriam García


Después de las Navidades toca aligerar la dieta, más que nada porque nos lo pide el cuerpo. ¿No acabáis saturados de tanta comilona? Nos pasa un poco a todos, por eso es el momento de comer verduras, ensaladas y cositas a la plancha.

Esta ensalada tiene un fantástico sabor gracias a que lleva verduras y frutas asadas, que se adornan con porciones de una sabrosa mousse de queso de cabra. Una forma fácil y original darle vidilla a una ensalada.

Ingredientes

  • 4 zanahorias cortadas en rodajas
  • 2 manzanas
  • Un puñado de uvas
  • 2 cdas. de vinagre blanco
  • Unas lascas de panceta (optativo)
  • Unos buenos puñados de lechuga u hojas verdes
  • 200 g de queso de cabra suave
  • 40 ml de leche entera o semidesnatada Priégola (opcional SIN LACTOSA)
  • 250 ml de nata líquida Priégola
  • Sal y aceite de oliva al gusto

Elaboración

  1. Empezamos por hacer la zanahoria al horno. La ponemos en una fuente plana, la bañamos con aceite de oliva, salamos y la asamos 20-30 minutos a 200°, según sea la calidad, hasta que esté tierna. La vigilaremos de vez en cuando para no quemarla.
  2. Cuando la zanahoria vaya estando tierna agregamos en la fuente la manzana troceada (se puede dejar sin pelar) y las uvas. Podemos bañar con un par de cucharadas de vinagre.
  3. Mientras tanto preparamos la mousse de queso: batimos el queso con la leche hasta que se deshaga. Montamos la nata hasta que esté dura. Mezclamos un cuarto de la nata con la mezcla de queso, para homogeneizar consistencias, y luego esta mezcla con el resto de la nata montada.
  4. Pasamos la mousse a una manga pastelera con boquilla redonda y reservamos en la nevera.
  5. Sacamos la fuente del horno cuando las frutas y la zanahoria estén tiernas. Reservamos.
  6. Para servir la ensalada repartimos en los platos la lechuga o ensalada verde limpia y seca, picada menudamente. Distribuimos por encima la zanahoria y las frutas, así como la panceta pasada por la sartén, si la ponemos. Sazonamos al gusto.
  7. Acabamos la ensalada añadiendo con la manga pegotitos de la mousse de queso de cabra. Buen provecho.


Croquetas de queso al estilo belga, Kaasfondue

Croquetas de queso al estilo belga, Kaasfondue

por Miriam García


Una vez más os traemos una receta salada que se elabora con leche. Las croquetas de queso al estilo belga, kaasfondue o fondue de fromage (según estemos en zona flamenca o no) son muy populares en Bélgica y también en Holanda. Son un bocado favorito de los niños y de los adultos, igual que ocurre aquí con nuestras croquetas.

La gastronomía belga no es muy conocida fuera de este país, pero es excelente, a caballo entre la gastronomía francesa y la alemana, pero con platos y productos propios de excelente calidad.  Estas ricas croquetas son parecidísimas a las nuestras, pero siempre llevan queso en la masa. Quedan suaves y muy cremosas.

Ingredientes

  • 40 g de aceite de oliva
  • 50 g de mantequilla
  • 180 g de harina corriente
  • 800 g de leche entera Priégola
  • 1 yema de huevo
  • 1 pellizco de nuez moscada
  • Sal al gusto
  • 120 g de queso suave (gruyere o manchego tierno)
  • 2 huevos para rebozar
  • Pan rallado
  • Aceite de oliva virgen para freír

Elaboración

  1. En una sartén amplia ponemos el aceite y la mantequilla. Calentamos hasta que la mantequilla burbujee y añadimos la harina. Removemos bien con cuchara de madera para que la harina se impregne de la grasa y para que se tueste y no sepa a crudo.
  2. Añadimos 200 ml de leche y  removemos bien con la cuchara de madera, hasta que forme una masa uniforme. Vamos añadiendo más leche poco a poco, removiendo vigorosamente cada vez y deshaciendo los grumos que se formen con la cuchara.
  3. Agregamos el pellizco de nuez moscada y algo de sal, y procedemos como antes hasta haber incorporado toda la leche. Debemos obtener una pasta densa y homogénea.
  4. Hay que ser cuidadosos con la sal, porque el queso también sala. Agregamos el queso mientras la masa aún está caliente y mezclamos. Por último, añadimos la yema de huevo y homogeneizamos. Probamos la sazón y rectificamos si hiciera falta.
  5. Vertemos la masa en una fuente amplia, previamente aceitada, de modo que nos quede una capa de un dedo y medio de grosor aproximado, para luego cortar cuadradillos como si fuera leche frita. Tapamos bien con plástico y dejamos enfriar. Después metemos la masa en la nevera toda una noche.
  6. Al día siguiente, cortamos la masa en cuadrados o en rectángulos, como hice yo, y rebozamos sucesivamente en pan rallado, en huevo batido, y otra vez en pan rallado. Freímos en abundante aceite de oliva caliente y las pasamos a una fuente con papel de cocina para empapar algo de la grasa. Devoramos bien calentitas.


Video Receta para elaborar Queso Mascarpone Casero

Video receta para hacer queso mascarpone casero

por Miriam García

Porque una imagen vale más que mil palabras y continuando con la receta que os presentamos la semana pasada sobre como hacer queso mascarpone en casa, ahora os mostramos el video elaborado por “El Invitado de Invierno” en el que cada paso queda mucho más claro.

Según Wikipedia, el Mascarpone es un tipo de queso fresco cuyo origen se encuentra en la zona de Lombardía, al norte de Italia, y que se obtiene a partir de la crema de leche mezclada con nata y ácido cítrico o acético. Es un queso cremoso, consistente, de color blanco-amarillento muy claro, con sabor dulce y altamente calórico. Aunque técnicamente hablando, el Mascarpone no es un queso, sino el resultado de añadir un cultivo de bacterias a la nata extraída de la leche que se usa en la fabricación del parmesano. Sin embargo, suele ser descrito como queso de cuajada, aunque se elabora de forma muy parecida al yogur. Después de agregar el cultivo de bacterias a la nata, se calienta suavemente, luego se deja que madure y espese. Es un producto muy delicado que debe ser consumido fresco porque se pone rancio rápidamente. Muy utilizado para el tiramisú (postre típico de la cocina italiana) y para acompañar el panetone.

Puesto que no es un queso producido con cuajo, es muy usado en la cocina vegetariana.

¿Os faltan ideas para emplear vuestro queso mascarpone casero? Aquí tenéis alguna en el blog de El Invitado de Invierno:

  1. Tarta de té matcha y mascarpone
  2. Tarta de queso sin horno
  3. Tiramisú helado
  4. Bizcocho de Baileys y mascarpone
  5. Salmón envuelto
  6. Tiramisú de castañas


Receta de Queso Mascarpone Casero

Receta de Queso Mascarpone Casero

por Miriam García


Aunque no lo creáis, el queso mascarpone se puede hacer en casa. Es tan rico que se usa para hacer el ubérrimo tiramisú… Solo hacen falta unas pocas cosas: una buena nata, zumo de limón, un termómetro y un poco de paciencia. ¿Nada más? Pues nada más.

Este queso mascarpone casero sale con el mismo sabor delicioso que el genuino y fijaos el caché que os puede dar preparar un tiramisú con mascarpone casero o usarlo en esta “Mousse de Café” que tenemos en el blog. Triunfaréis.

Ponemos la nata al baño maría

Ingredientes

  • 500 ml de nata Priégola (contenido de grasa 35% mínimo)
  • 1 cda. de zumo de limón
  • una pizca de sal (facultativo)

Elaboración

 

  1. Vertemos la nata en un cazo y la ponemos al baño maría, dentro de otro cazo con agua hirviendo. Vamos calentando la nata mientras controlamos la temperatura, debe llegar a 85-90°. Tardará un ratito.
  2. Cuando haya alcanzado la temperatura indicada añadimos el zumo de limón y removemos con unas varillas o una cuchara de palo. A partir de aquí intentaremos mantener ese rango de temperatura durante por lo menos cinco minutos, sin dejar de remover lentamente para homogeneizar la temperatura. Deberemos notar que el líquido espesa ligeramente.
  3. Al cabo de los 5-6 minutos apagamos el fuego y retiramos el cazo del baño maría. Preparamos un colador grande sobre una ensaladera y cubrimos el colador con una tela fina, puede ser de las que se usan para los quesos o cualquier trozo de sábana vieja, que es lo que yo uso.
  4. Vertemos la nata cuajada en la tela y dejamos enfriar. Cuando esté fría la tapamos con un plástico y metemos todo el conjunto de colador, tela y demás en la nevera.
  5. Al principio puede que la mezcla nos parezca muy fluida, pero con el tiempo va madurando y espesando. Dejamos el mascarpone espesar toda una noche en la nevera, preferiblemente 24 horas.
  6. Cuando haya cuajado del todo lo retiramos de la tela y lo pasamos a un recipiente hermético. Desechamos el escaso suero que haya soltado. Usaremos el mascarpone en un plazo máximo de una semana.
  7. Además de usar el mascarpone para hacer un buen tiramisú, puede tomarse de mil maneras porque va muy bien con un montón de ingredientes, con un poco de azúcar y fruta fresca, para rellenar tartas, mezclado con mermeladas y curds… lo que se os ocurra. A disfrutarlo.