Video Receta para elaborar Queso Mascarpone Casero

Video receta para hacer queso mascarpone casero

por Miriam García

Porque una imagen vale más que mil palabras y continuando con la receta que os presentamos la semana pasada sobre como hacer queso mascarpone en casa, ahora os mostramos el video elaborado por “El Invitado de Invierno” en el que cada paso queda mucho más claro.

Según Wikipedia, el Mascarpone es un tipo de queso fresco cuyo origen se encuentra en la zona de Lombardía, al norte de Italia, y que se obtiene a partir de la crema de leche mezclada con nata y ácido cítrico o acético. Es un queso cremoso, consistente, de color blanco-amarillento muy claro, con sabor dulce y altamente calórico. Aunque técnicamente hablando, el Mascarpone no es un queso, sino el resultado de añadir un cultivo de bacterias a la nata extraída de la leche que se usa en la fabricación del parmesano. Sin embargo, suele ser descrito como queso de cuajada, aunque se elabora de forma muy parecida al yogur. Después de agregar el cultivo de bacterias a la nata, se calienta suavemente, luego se deja que madure y espese. Es un producto muy delicado que debe ser consumido fresco porque se pone rancio rápidamente. Muy utilizado para el tiramisú (postre típico de la cocina italiana) y para acompañar el panetone.

Puesto que no es un queso producido con cuajo, es muy usado en la cocina vegetariana.

¿Os faltan ideas para emplear vuestro queso mascarpone casero? Aquí tenéis alguna en el blog de El Invitado de Invierno:

  1. Tarta de té matcha y mascarpone
  2. Tarta de queso sin horno
  3. Tiramisú helado
  4. Bizcocho de Baileys y mascarpone
  5. Salmón envuelto
  6. Tiramisú de castañas


Receta de Queso Mascarpone Casero

Receta de Queso Mascarpone Casero

por Miriam García


Aunque no lo creáis, el queso mascarpone se puede hacer en casa. Es tan rico que se usa para hacer el ubérrimo tiramisú… Solo hacen falta unas pocas cosas: una buena nata, zumo de limón, un termómetro y un poco de paciencia. ¿Nada más? Pues nada más.

Este queso mascarpone casero sale con el mismo sabor delicioso que el genuino y fijaos el caché que os puede dar preparar un tiramisú con mascarpone casero o usarlo en esta “Mousse de Café” que tenemos en el blog. Triunfaréis.

Ponemos la nata al baño maría

Ingredientes

  • 500 ml de nata Priégola (contenido de grasa 35% mínimo)
  • 1 cda. de zumo de limón
  • una pizca de sal (facultativo)

Elaboración

 

  1. Vertemos la nata en un cazo y la ponemos al baño maría, dentro de otro cazo con agua hirviendo. Vamos calentando la nata mientras controlamos la temperatura, debe llegar a 85-90°. Tardará un ratito.
  2. Cuando haya alcanzado la temperatura indicada añadimos el zumo de limón y removemos con unas varillas o una cuchara de palo. A partir de aquí intentaremos mantener ese rango de temperatura durante por lo menos cinco minutos, sin dejar de remover lentamente para homogeneizar la temperatura. Deberemos notar que el líquido espesa ligeramente.
  3. Al cabo de los 5-6 minutos apagamos el fuego y retiramos el cazo del baño maría. Preparamos un colador grande sobre una ensaladera y cubrimos el colador con una tela fina, puede ser de las que se usan para los quesos o cualquier trozo de sábana vieja, que es lo que yo uso.
  4. Vertemos la nata cuajada en la tela y dejamos enfriar. Cuando esté fría la tapamos con un plástico y metemos todo el conjunto de colador, tela y demás en la nevera.
  5. Al principio puede que la mezcla nos parezca muy fluida, pero con el tiempo va madurando y espesando. Dejamos el mascarpone espesar toda una noche en la nevera, preferiblemente 24 horas.
  6. Cuando haya cuajado del todo lo retiramos de la tela y lo pasamos a un recipiente hermético. Desechamos el escaso suero que haya soltado. Usaremos el mascarpone en un plazo máximo de una semana.
  7. Además de usar el mascarpone para hacer un buen tiramisú, puede tomarse de mil maneras porque va muy bien con un montón de ingredientes, con un poco de azúcar y fruta fresca, para rellenar tartas, mezclado con mermeladas y curds… lo que se os ocurra. A disfrutarlo.


Hacer leche merengada nunca fue tan fácil como con este video

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Os mostramos un video realizado por Miriam García de El Invitado de Invierno (Recetas Fotogénicas) sobre como preparar "Leche Merengada" en casa... ¡y con leche Priégola!. La receta no puede ser más facil a través de esta "video-receta" ya que explica cada paso con imagenes y además algún que otro truco. Esperamos que os animéis a hacerla en casa.
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Como ya os explicamos en una anterior publicación...

En la web Qué hacer en Madrid nos cuentan lo siguiente sobre la leche merengada: «El más típico de los helados de Madrid, la sencillez de su preparación y su precio popular, hacen de la leche merengada una de las bebidas más demandadas en las calurosas noches de los madriles. […] El nombre de leche merengada se debe a que entre sus ingredientes se encuentra la clara de huevo, base fundamental de todo merengue que se precie. Tanta ha sido y es su fama, que a finales de los años cuarenta una famosísima canción decía aquello de la vaca que daba leche merengada…».

Según otras fuentes la leche merengada ya era muy popular en los cafés de Madrid a finales del siglo XVIII, y se menciona en la novela de Galdós Fortunata y Jacinta. Así que por eso la incluí en el curso de dulces madrileños que programaba La cocina de Babette en tiempos. La leche merengada la podemos tomar como bebida o como helado, a mí particularmente me encanta helada…

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Receta de Mousse de Café

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[av_heading heading='Receta de Mousse de Café' tag='h3' style='blockquote classic-quote' size='' subheading_active='subheading_below' subheading_size='15' padding='10' color='' custom_font='']
por Miriam García
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Esta mousse de café tiene un sabor que recuerda sospechosamente al tiramisú porque lleva queso mascarpone… y a quién no le gusta el tiramisú. Por eso está francamente deliciosa y la tenéis que hacer. Luego pasaré lista.

Así que en esta mousse de café, además de leche Priégola, usamos mascarpone. Es un queso cremoso que todos hemos probado en el tiramisú. Está muy rico porque se hace casi íntegramente con nata (no, no es muy apto para dietas) y tiene un sabor particular que en mezclas dulces como esta queda sencillamente fantástico. Avisados estáis.

Esta mousse de café tiene un sabor a café que no domina, resulta muy, muy suave. Así que los que no sean especialmente forofos del café no deben asustarse, porque es agradable para cualquier paladar.

Que por cierto, esta es una de las mousses más esponjosas que he hecho nunca, la consistencia es sencillamente perfecta.

Ingredientes

  • 1 cda. de gelatina neutra en polvo
  • 2-3 cdas. de agua
  • 50 ml de leche fresca entera Priégola
  • 80 ml de café fuerte
  • 65 g de azúcar blanquilla
  • 1 cdta. de extracto de vainilla
  • 1 tarrina de queso mascarpone
  • 2 claras de huevo.

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Elaboración

  1. Ponemos en un cuenco las cucharadas de agua, bien fría, y añadimos la gelatina. Dejamos que se hidrate el tiempo que indique el paquete.
  2. Mientras tanto preparamos el café. Calentamos la leche y se la añadimos. Agregamos a la mezcla bien caliente la gelatina hidratada y removemos con una cucharilla para que se disuelva bien.
  3. Le ponemos también el extracto de vainilla y la mitad del azúcar. Reservamos.
  4. En un bol batimos ligeramente el mascarpone para que se ablande. Añadimos la mezcla de café reservada y mezclamos bien, hasta que esté homogéneo. Reservamos.
  5. Batimos las claras a punto de nieve con un pizco de sal y cuando estén ya bien espumosas les vamos añadiendo el azúcar restante, cucharadita a cucharadita para que no se nos bajen. Cuando este merengue ligero esté listo (al frotar una pequeña porción entre los dedos no se aprecia el granillo del azúcar) vertemos la mezcla reservada encima del merengue y mezclamos con una espátula y movimientos envolventes de arriba abajo.
  6. Cuando esté bien homogénea la mousse la vertemos en unos cacharritos a nuestro gusto y la ponemos en la nevera para que se asiente, por lo menos tres horas. A la hora de servir la podemos espolvorear con cacao en polvo o con virutas de chocolate.

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Priégola fresh milk obtained the distinction of "M product certificate" quality assurance

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[av_heading heading='M Producto Certificado | Productos de Calidad Diferenciada' tag='h3' style='' size='' subheading_active='' subheading_size='15' padding='0' color='' custom_font=''][/av_heading]

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In order to continue to ensure the highest quality Priégola has obtained the mark of warranty M product certificate, the community of Madrid, granted for its products

  • Whole fresh milk
  • Fresh semi-skimmed milk
  • Fresh milk semi-skimmed lactose-free
  • Skimmed fresh milk

The Comunidad de Madrid, through the Ministry of environment and spatial planning is shipped during the year 2014, one of the most ambitious projects in the field of the promotion and recognition of the quality of food in the region products: the creation of the Mark M product certificate.

M product certificate, is the label that guarantees the quality of agri-food products produced, prepared or processed in the community of Madrid, joining launched similar initiatives, with great success, in other autonomous communities, to differentiate their products, as the land of flavour in Castile and León or food from the Natural paradise of Asturias.

The creation of the Mark M product certificate aims to:

  • Consumers easily identify clearly in the market, those food products manufactured or produced in the community of Madrid offering a differentiated quality.
  • Guarantee to consumers that the product is of quality and respectful with the environment. 
  • Give prestige to the brand, products providing added value, by linking its image with a value of quality, security and confidence.
  • Promoting sustainable economic development and boost the rural environment of the region.

In addition, a website, www.mproductocertificado.es, has been created to enhance the awareness of the brand among consumers and markets, and to promote at the same time products "kilometer zero" locals.

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Receta para los Torrijeros de Semana Santa

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[av_heading heading='Receta de Torrijas de Leche' tag='h3' style='blockquote classic-quote' size='' subheading_active='subheading_below' subheading_size='15' padding='10' color='' custom_font='']
por Miriam García
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Escribía yo hace poco que para mí las torrijas por antonomasia son de leche; ni de vino ni de almíbar ni de nada que se le parezca. Es la tiranía de la infancia, lo que has mamado de pequeño queda grabado a fuego en tu cerebro y tus costumbres como una verdad universal. Y si no sales de tu pueblo ni ves un poquito de mundo, te crees de verdad que esto es así y que las torrijas de leche se comen igualitas que las que hacía tu madre hasta en Gambia.

Pero basta de filosofar y vamos a entrar en materia: una buena torrija solo precisa de un buen pan sentado, duro al menos del día anterior, no es imprescindible que el pan sea especial para torrijas; de una leche de calidad y de una mano que las prepare con cariño. ¿Tenéis de todo esto? Entonces estáis preparados para ser maestros torrijeros. O torrijistas.

Ingredientes

  • 1 barra de pan del día anterior
  • 1 litro de leche
  • 1 palo de canela
  • peladura de naranja o limón (facultativo)
  • 75 g de azúcar
  • 1 palo de canela
  • 2-3 huevos grandes
  • aceite de oliva suave o de girasol
  • azúcar y canela molida adicionales para espolvorear.

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Elaboración

  1. Cortamos el pan en rebanadas en oblicuo, como un salchichón y como es tradicional. Cuanto más seco está el pan más leche absorbe y más cremoso queda el interior de las torrijas (aunque más difíciles son de manejar); yo suelo cortar las rebanadas del pan la noche anterior, así me aseguro de que al día siguiente están más secas que la mojama.
  2. Ponemos la leche en un cazo con el palo de canela, el azúcar y las peladuras de cítricos, si las usamos, y la llevamos a ebullición. En cuanto hierva apagamos el fuego y la dejamos reposar un par de minutos para que coja los aromas de la canela.
  3. Mientras infusiona la leche colocamos las rebanadas de pan en una fuente que pueda contener la leche, en una sola capa para que se empapen bien. Vertemos la leche caliente sobre ellas, como unos ¾ de litro. Al principio parecerá que hay mucha leche, pero el pan absorbe leche como un condenado y acaba desapareciendo de la fuente. Si al cabo de cinco minutos veis que ya no hay leche en el fondo, echaremos toda la que queda en el cazo. Dejamos reposar las rebanadas en la leche media hora.
  4. Calentamos el aceite en una sartén amplia a fuego medio-alto. Podemos poner una peladura de naranja en el aceite: cuando chisporrotee está listo. Bañamos cada torrija en huevo batido en un plato, manejándola con mucho cuidado con una espátula, y la pasamos al aceite caliente. Freímos las torrijas hasta que estén doradas por ambas caras, dos o tres minutos por cada cara debería ser suficiente si el aceite está a la temperatura adecuada.
  5. Si el aceite de nos ensucia en exceso por los residuos lácteos lo colaremos a mitad de fritura. Vamos sacando las torrijas a una fuente con papel de cocina para que absorba algo del aceite y las espolvoreamos de inmediato con azúcar y canela molida. Y a disfrutar.

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"Ragù alla Bolognese" o Salsa Boloñesa

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Os preguntaréis qué tiene que ver la leche con una salsa boloñesa. Pues mucho, porque la salsa boloñesa genuina y fetén, lo que en ningún sitio de Italia se llama así, sino ragù alla bolognese, lleva leche. Como lo oís. ¿Que os habéis quedado de piedra? Claro, así me quedé yo la primera vez que me topé con ello.

El auténtico ragù se caracteriza porque se cuece a fuego lento por lo menos un par de horas, haciendo chup chup sin meterle ninguna prisa, nada que ver con esas boloñesa que hacemos por aquí en 20 minutos. Que no os vea ningún italiano u os excomulgará.

Ah, y no le pongáis el ragù a unos espaguetis, mandan los cánones italianos que esta salsa es para pasta más ancha. Y hecha al dente, no lo olvidéis.

Ingredientes

  • 300 g de carne picada (puedes ser mitad y mitad de ternera y cerdo)
  • 50 g de panceta, 50 g de aceite de oliva virgen
  • 1 cebolla
  • 2 zanahorias
  • 400 g de tomates pelados (en conserva o frescos y escaldados)
  • 250 ml de vino blanco
  • 250 ml de leche entera
  • 250 ml de caldo de verduras o carne (mucho mejor si es casero)
  • 2 hojas de laurel, sal y pimienta al gusto.

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Elaboración

  1. Cubrimos el fondo de una sartén con el aceite de oliva. Picamos finamente la cebolla y la zanahoria, y las pochamos en el aceite a fuego lento, hasta que la cebolla esté transparente.
  2. Agregamos la panceta cortada en daditos y le damos unas vueltas hasta que se haga. Añadimos entonces la carne, subimos un poco el fuego y la cocinamos hasta que cambie de color.
  3. Vertemos el vino, mezclamos, y dejamos cocer destapado hasta que el vino se evapore por completo. Añadimos a continuación los tomates pelados, el caldo, la leche y el laurel. Tapamos y dejamos cocer a fuego muy lento por lo menos dos horas, removiendo de vez en cuando y partiendo los tomates con una espumadera a medida que están más tiernos. Vigilaremos de tanto en tanto para que no se quede seco el guiso; añadiremos agua si fuera así.
  4. Por último, salpimentamos a nuestro gusto y dejamos reposar. Estos guisotes, como bien sabemos, están más ricos de un día para otro. Y si os sobra no tenéis más que congelar alguna porción.

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Receta de "Croquetas caseras de Atún"

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Estamos en la celebérrima cuesta de enero por lo que es una buena época para recetas de aprovechamiento como unas buenas croquetas, que hay tantas casas ya en las que da pereza hacerlas que de ser una solución humilde para no tirar nada en la cocina casi se están convirtiendo en un artículo de lujo. Así está el tema.

Como seguro que uno de vuestros propósitos de año nuevo será comer mejor y más casero, qué mejor que hacer unas buenas croquetas caseras de atún con buenos ingredientes para darnos un homenaje. No, no hace falta hacerlas todos los días, que al cabo de un mes no cabríamos por la puerta, pero de vez en cuando da mucho gustito. Además, es una receta que se presta mucho a hacerla en equipo, en un tren de producción: uno forma, otro reboza, otro baña en huevo, etc. No digáis que no os doy ideas para fomentar la armonía familiar.

Ingredientes

  • 2 cdas. de mantequilla
  • 2 cdas. de aceite de oliva
  • 120 g de harina corriente
  • 1 litro de leche fresca Priégola entera
  • 200 g de atún en conserva de aceite
  • nuez moscada y sal al gusto
  • 4 huevos
  • pan rallado para rebozar
  • aceite de oliva abundante para freír.

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Elaboración

  1. Ponemos una sartén antiadherente al fuego y agregamos el aceite de oliva y la mantequilla. Cuando burbujee la mantequilla agregamos la harina y removemos para que se impregne toda de la grasa. La tostamos unos minutos, sin parar de remover.
  2. Cuando esté tostada la harina empezamos a añadir la leche, poco a poco al principio, y removiendo con cuchara de madera para que se vaya integrando con la masa de harina. Al principio hay que emplearse a fondo para ir deshaciendo los grumos.
  3. Vamos añadiendo la leche en tandas y deshaciendo bien los grumos antes de añadir la siguiente tanda. Debemos conseguir una crema fina, pero si no conseguís dejarla fina del todo no os preocupéis: cuando hayáis acabado la leche metéis una batidora de mano y punto.
  4. Agregamos entonces el atún, que habremos escurrido del aceite y desmenuzado previamente. Removemos para integrar bien. A partir de aquí no se trata más que de cocer la mezcla para ir concentrándola hasta tener una pasta que empiece a separarse de las paredes de la sartén al removerla; esa es la señal de que tiene la consistencia necesaria. En esto se tarda un buen rato, por lo menos 20 minutos.
  5. Una vez conseguida la consistencia deseada sazonamos con sal y nuez moscada a nuestro gusto. Vertemos la masa en una fuente, la cubrimos con un plástico o con mantequilla derretida para que no se forme piel y la dejamos enfriar por completo, mejor de un día para otro.
  6. Cuando la pasta esté dura formamos las croquetas, bien modelándolas entre dos cucharas, bien con una manga pastelera de boquilla ancha con la que se forma un churro gordo del que vamos cortando las croquetas (podéis ver un paso a paso en mi blog, El Invitado de Invierno). Las vamos rebozando primero en pan rallado, luego en huevo batido y por último en pan rallado una segunda vez.
  7. A mí me gusta dejar las croquetas así formadas secándose sobre una rejilla de las que se usan para enfriar los bizcochos; el rebozo se reseca un poco y ayuda a que no se revienten en la fritura.
  8. Calentamos el aceite de oliva en una sartén pequeña y honda. El aceite debe cubrir las croquetas. Cuando el aceite esté caliente, pero sin llegar a humear, vamos friéndolas en tandas de pocas unidades, cuatro como mucho, para que no se enfríe el aceite en exceso. Las sacamos cuando están doradas a un plato con papel absorbente. Buen provecho.

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Receta de Bavaroise de Turrón

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O bavaresa de turrón, que también se puede decir así. Aunque en rigor lo que es este espectacular postre es una bávara… Ya sabéis que siempre podéis contar conmigo para aburriros con disquisiciones lingüísticas.

Pero al grano, una bavaresa o bavaroise es un postrecillo de origen francés, como casi todos los postres refinados, que consiste en una crema cuajada con huevos que se mezcla con gelatina para darle consistencia y con una buena nata montada, que le da ligereza. Se pueden preparar de muchos sabores, con purés de frutas, con chocolate, etc. y, al hilo de las fechas que se nos avecinan, nosotros la hemos preparado con turrón de Jijona. Mundialmente rica.

La receta está inspirada en una fórmula del blog Gastronomía&Cía. He optado por hacer la bavaresa en moldes pequeños, que todo queda muy cuco y son muy manejables. Eso sí, os aconsejo que sea cual sea el molde que uséis, mejor de silicona para poder desmoldar cómodamente este dulce, que es delicado. Para ello nada como congelarlo antes de desmoldar para que quede perfecto.

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Ingredientes

  • 280 g de nata fresca Priégola para montar
  • 80 g de yemas (unas cinco)
  • 50 g de azúcar blanquilla
  • 120 g de leche fresca entera Priégola
  • 4 hojas de gelatina neutra (o la cantidad equivalente de gelatina en polvo)
  • 500 g de turrón de Jijona.

Elaboración

  1. Empezamos por preparar una crema inglesa cuajando las yemas con el azúcar, 130 g de la nata para montar y la leche. Ponemos las yemas y el azúcar en un cazo, y batimos con unas varillas hasta que empiecen a blanquear. Agregamos los 130 g de nata y la leche.
  2. Mientras tanto dejamos hidratar la gelatina en 3-4 cucharadas de agua bien fría.
    Ponemos el cazo al fuego bajo y removemos sin parar al tiempo que calentamos suavemente, hasta que empiece a espesar y vaya desapareciendo la espumilla de la superficie. Retiramos del fuego y agregamos la gelatina hidratada.
  3. Batimos con las varillas para que se disuelva.
  4. Agregamos el turrón en pedazos y trituramos la mezcla en una batidora de vaso o con una batidora manual, hasta que quede relativamente fina; aunque no importa que quede algún pedacito de turrón, le da más interés a la bavaroise.
  5. Mientras la mezcla se va templando montamos el resto de la nata líquida, 250 g, sin que llegue a estar muy dura, para que se mezcle mejor. Vertemos la mezcla de turrón sobre la nata y mezclamos con una espátula y movimientos envolventes, de arriba abajo.
  6. Cuando esté bien homogénea vertemos la mezcla en los moldes de bavaroise o de flan (que también se pueden usar sin problemas), que habremos untado previamente con un aceite neutro, como girasol o almendras dulces (si los moldes son de silicona no será necesario). Si usamos moldes pequeños como los de las fotos podemos ponerles a las bavaroises una base de bizcocho genovés o de merengue, aunque lo suyo es que no lleven nada. Cortaríamos la plancha de bizcocho o merengue en discos con un aro de emplatar del mismo tamaño que el molde y colocaríamos el disco sobre la bavaroise, presionando con delicadeza.
  7. Llevamos al frigorífico la bavaroise para que cuaje, mejor toda una noche. Si queremos desmoldar sin ningún peligro, congelamos posteriormente la bavaroise por lo menos seis horas. Una vez congelada la bavaroise se desmolda sobre un plato con toda comodidad y se deja descongelar para poderla consumir.

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The dairy 'whole' protect against diabetes

Source: Diario El Mundo - 16/09/2014

It is not fat, stupid ', arguably manipulating the famous phrase from Bill Clinton's election campaign in 1992. Because in studies of nutrition is increasingly clear that no matter the fat itself, both its origin, in determining its health effects. The latest evidence on this line indicates that the consumption of milk, rich in animal fats, can have protective effects against type 2 diabetes.

It is not the first time that a study, for example, points out the benefits of yogurt against this disease, but on this occasion, the advantages are extrapolated to other types of milk.

The results come from extensive Swedish research that has been unveiled at the annual meeting of the European society for the study of Diabetes that is taking place in Vienna (Austria). With data from nearly 27,000 individuals from 45 to 74 years, followed for 14 years, the team of Ulrika Ericson

See full article at elmundo.es